Cuando hablamos de bótox en medicina estética nos estamos refiriendo a cualquier de los tratamientos disponibles de rejuvenecimiento facial o de prevención de arrugas basados en la actividad de la toxina botulínica.
Qué es
Bótox fue el primer nombre comercial de un medicamento cuyo principio activo es la toxina botulínica. Lo que empezó siendo un potente veneno, al aplicarlo en los músculos de manera controlada, permitía mejorar la sintomatología de pacientes con espasticidad, algunos problemas de estrabismo y cierto tipo de migrañas.
Al ir utilizándolo en este tipo de pacientes, se observó que cuando se inyectaba en la zona cervical o en rostro, y más concretamente en la región periocular, los pacientes que recibían su tratamiento para controlar una enfermedad pasaban a tener un aspecto más joven, con menos arrugas. Esto se debía a que la infiltración de toxina botulínica, en las dosis adecuadas, produce una parálisis parcial de los músculos en los que se aplica, un efecto que permanece durante meses.
Como es evidente, si no es manejada por un médico debidamente cualificado, el paciente se expone a diferentes riesgos, destacando la parálisis completa de algunos músculos o la pérdida de la capacidad para gesticular en una parte del rostro, dando lugar a una expresión anodina o a un rostro asimétrico hasta que el cuerpo elimine por completo el bótox infiltrado (entre 3 y 6 meses de media).
Para qué sirve
Las inyecciones de bótox usan una toxina conocida como onabotulinumtoxinA, producida en condiciones anaeróbicas por el microorganismo Clostridium botulinum, responsable de una peligrosa intoxicación alimentaria. También se conoce este principio activo utilizado en medicina como toxina botulínica A, haciendo referencia a que no es la única forma presente en la naturaleza.
La parálisis parcial de los músculos que conseguimos cuando se aplica correctamente el bótox sirve para prevenir la aparición temprana de arrugas en personas que gesticulan en exceso, para reducir las ya existentes en zonas típicas como el entrecejo, la frente y las patas de gallo.
Con un procedimiento un poco diferente, el bótox sirve también para controlar el exceso de sudoración o hiperhidrosis en zonas concretas como las axilas, ofreciendo una alternativa menos peligrosa que una cirugía en la que se reseca un nervio.
Tipos de bótox
Bótox fue el primer medicamento en usar la toxina botulínica. La principal diferencia entre los diferentes tipos de toxina botulínica empleados en infiltraciones radica en la conservación del producto. Tanto Botox® como Azzalure requieren de una continua refrigeración, mientras que Bocouture de Laboratorios Merz no necesita dicha refrigeración dado que es una toxina botulínica libre de proteínas.
En la actualidad, se trabaja también con nuevos medicamentos, con productos que ahora incluyen abobotulinumtoxinA (Dysport), rimabotulinumtoxinB (Myobloc) e incobotulinumtoxinA (Xeomin). Sin embargo, en la medicina estética seguimos apostando por lo conocido, es decir, las diferentes formas de toxina botulínica A.
Dentro de la toxina botulínica A, a veces elegimos una marca u otra en función de las necesidades del paciente. Te resolveremos tus dudas de manera presencial al verte en consulta, antes de que decidas si te sometes a este tratamiento estético o si prefieres otro, aunque como norma flexible podemos decir que Botox® de Allergan en pacientes con arrugas más pronunciadas y pieles más envejecidas. Con respecto a Azzalure y Bocouture, recomendamos su aplicación en pieles más jóvenes y con arrugas más finas
Un microorganismo causante de intoxicaciones alimentarias muy peligrosas llevó a los médicos a probar el uso controlado de la toxina botulínica A, popularmente conocida como bótox. Entonces se vio cómo pacientes que recibían las infiltraciones en zonas del rostro o cercanas parecían ir adoptando una expresión facial más relajada y jovial. Así fue como el medicamento dio el paso a la medicina estética, para tratar arrugas y como alternativa a la cirugía en el tratamiento de la hiperhidrosis.